Déjame entrar
Christian Acevedo
jueves, 27 de octubre de 2011
lunes, 22 de agosto de 2011
domingo, 21 de agosto de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
martes, 16 de agosto de 2011
Me duele debajo del ombligo "adentro, en las tripas"
Con la cara pálida, los labios encendidos y el abdomen bañado en sangre , gritaba una y otra vez : me duele debajo del ombligo "adentro, en las tripas" mientras la sangre recorría parte de su cuerpo. una gota tras otra caí sobre su mano, adornada por dos anillos desgastados de plata y el esmalte negro de sus uñas. Con la mano izquierda se tocaba su brazo derecho, también perforado, y tatuado con una espantosa ave que pretendía ser una paloma.
Después de unos minutos , aparece un hombre alto, canoso y de piel pecosa con bata de medico.La examina rápidamente y la lleva a sala de urgencias .Mientras en la sala de espera aguarda su amiga, también puta, llora sin consuelo alguno. Entretanto, se limpia sus lágrimas con la blusa de rayas que lleva puesta. Al rato una practicante se acerca a ella con la intención de preguntarle los datos de su amiga herida. Al parecer la puta moribunda se llamaba Visia Suyay Jerez, treinta y dos años, tipo de sangre A positivo, madre soltera y habitante del barrio Bucaramanga. Eso fue lo que dijo la amiga , ahogada entre lágrimas. Y de repente comenzó a contar lo que había sucedido en las calles del centro de esa noche . Estaba negociando con un cliente el servicio y de un momento a otro el drogadicto la empezó a puñaliar una y otra vez con la navaja que había sacado de su pantaloneta. Y nadie hacia nada, nadie. Yo fui la única que se atrevió acercarse, pero tenia miedo por Diosito lindo que sí. Cuándo él me vio tan cerca me dijo: ud también quiere, perra? Me paralice, pero la gonorrea ya había salido corriendo ... así que llegue al anden donde estaba tirada, toda ensangrentada por las múltiples puyaladas del malparido ese . Menos mal un amigo taxista se ofreció a llevarnos hasta el hospital, menos mal.
La noche del trece de agosto , un poco después de las ocho de la noche, caminaba por los alrededores del Hospital Universitario de Santander , el hospital de los pobres. Cuándo de repente escuche el sonido irritante de la sirena de una ambulancia. Así que camine rápido para poder saber quién iba en ella y que le había sucedido. Todos me miraban como si fuera un familiar tal vez. No me separaba de la ambulancia, quería saber que estaba pasando. De la ambulancia bajaron la herida, una mujer aún joven pero con varios agujeros en su cuerpo. Si la hubiesen visto...daba lástima.Tenia una cara llamativa con facciones indigenes y exceso de maquillaje. Llevaba puesto una camisa escotaba de color rojo y una falda de jean apretada . La pusieron en la camilla, mientras decía : No me dejen morir, tengo hijos. Entre tanto su acompañante le apretaba la mano. Una muchacha blanca, de grandes tetas y vestido negro ajustado al cuerpo.
Entando aún en la sala de espera, mire el reloj, es tarde , si no me voy ahora luego no pasará el bus que me lleve hasta mi casa. Guarde mi agenda junto con el lápiz y me fui. No supe que pasó al final con la puta apuñalada en las calles del centro de Bucaramanga pero supongo que a veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Frase de Oscar Wilde
La noche del trece de agosto , un poco después de las ocho de la noche, caminaba por los alrededores del Hospital Universitario de Santander , el hospital de los pobres. Cuándo de repente escuche el sonido irritante de la sirena de una ambulancia. Así que camine rápido para poder saber quién iba en ella y que le había sucedido. Todos me miraban como si fuera un familiar tal vez. No me separaba de la ambulancia, quería saber que estaba pasando. De la ambulancia bajaron la herida, una mujer aún joven pero con varios agujeros en su cuerpo. Si la hubiesen visto...daba lástima.Tenia una cara llamativa con facciones indigenes y exceso de maquillaje. Llevaba puesto una camisa escotaba de color rojo y una falda de jean apretada . La pusieron en la camilla, mientras decía : No me dejen morir, tengo hijos. Entre tanto su acompañante le apretaba la mano. Una muchacha blanca, de grandes tetas y vestido negro ajustado al cuerpo.
Entando aún en la sala de espera, mire el reloj, es tarde , si no me voy ahora luego no pasará el bus que me lleve hasta mi casa. Guarde mi agenda junto con el lápiz y me fui. No supe que pasó al final con la puta apuñalada en las calles del centro de Bucaramanga pero supongo que a veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Frase de Oscar Wilde
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