sábado, 18 de junio de 2011

Su bragueta abierta       


Viernes en la mañana, cafetería central de la universidad.

Un día más de estudio. Sentada allí ,intentando crear una crónica en cuarenta y cinco minutos para entregarla al final de la clase junto a  mis compañeros inseparables: Amalia, como el nombre de  la novela de José Mármol, y Christian. Estando en aquel lugar, los tres,al lado de un grupo  parlanchín de amigos  que sin ningún pudor    hablaban sobre la diversidad sexual existente, la tusa de claudita , las noticias relevantes del facebook y especialmente de la condición homosexual de uno de ellos.Los oía detenidamente como si el tiempo no pasará, no puedo negarlo ,me gusta el chisme pero para mi labor es difícil  escribir sin concentrase. Así que saque  mi desordenada agenda y empece a escribir todo lo que oía y veía, a ver si asi podía percibir   algo insólito que le diera vida a mi escrito, mientras una fastidiosa abeja revoloteaba al rededor del cabello ondulado  de Amalia y a ratos del mío.

Trato de concentrarme una vez más ,pero es complicado en un lugar tan transitado como es  cafetería .Sigo observando con la intención de plasmar algun detalle interesante en mi crónica. De inmediato pasan mis compañeros de clase, tal vez los más aplicados, entre ellos Luisa Villafrade, quien sonrie y levanta sus cejas como  queriendo decir " que le rinda". También le sonrió pero sigo observando, está vez al frente, veo un joven  guapo de cabello crespo, mirada chica, camisa roja, un escapulario en su pecho,  una cantidad de manillas en sus muñecas, la típica manilla verde : SOY UIS y  más abajo su bragueta abierta, su bragueta abierta. Saluda a su novia cariñosamente, al igual que a  sus amigas  pero no se percató de ponerse bien su pantalón. Si un amigo lo viera o por qué no si  ellas cayeran en cuenta  les daría risa  como a  mí. Ni  que se le ocurra sentarse, seria más notorio, más evidente. Y la recocha podría empezar.  

Mi crónica no pasa de ser una hoja, qué poca producción y que hambre tengo.